Hoy al entrar a clase había una sorpresa, una cesta con hojas y frutos del otoño...y una carta del duende Bergoño, el duende del otoño en la que nos preguntaba si nos habíamos fijado en los árboles y en sus hojas. Algunos sí que sabían que lo que pasaba era que las hojas se estaban cayendo. A partir de ahora vamos a aprender algunas cositas del otoño gracias a nuestro duende Bergoño.
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